martes, 11 de agosto de 2015

Cuando la dignidad avanzó un paso más hacia la utopía

El pasado 7 de agosto, se cumplieron 3 años de la expropiación de alimentos que un grupo de militantes del SAT realizamos en un Carrefour de Arcos de la Frontera y en un Mercadona de Écija, una acción que no dejó a nadie indiferente sin lugar a dudas. Fue una acción original, mediática, escandalosa para muchos sectores de la izquierda atiborrada y desmovilizada en décadas de comodidad institucional, y que sobre todo levantaron enormes simpatías en un espectro determinado que en aquella época se movía entre los rescoldos del Movimiento 15-M, Centros Sociales Autogestionados, sindicalismo de base de diversa procedencia, y demás átomos del panorama político extraparlamentario que de repente volvió la mirada hacia el Sindicato Andaluz de Trabajadores.
La propiedad privada, el  gigante hegemónico que golpeó el SAT

En aquél momento el SAT fue lanzado al efímero estrellato de los debates políticos televisivos, en los que ya fueran de dudosa izquierda o de extrema derecha, los polemistas de profesión coincidían en que "la banda de Gordillo y Cañamero" se habían pasado de la raya porque habíamos tocado una cosa que no se puede tocar como es la propiedad privada, y de una manera que nos equiparaban a las acciones de José María "El Tempranillo". No duraron demasiado las apariciones en televisión semanales con los compañeros Juan Manuel Sánchez Gordillo y Diego Cañamero en pantalla defendiendo cosas tan sencillas como que la gente tiene que comer todos los días y que sin eso no se puede hablar de democracia ni de nada que se le parezca. No duraron ni falta que hizo, porque esas apariciones hicieron de palanca sobre las que se fraguó la consolidación del SAT como un movimiento social que de manera más o menos homogénea, inició una expansión territorial y un incremento en la afiliación bastante grande.

Se podría decir que en aquella acción en ambas grandes superficies, se cumplió con los objetivos fijados e incluso los superaba. No sólo se lograron unos cuantos kilos de alimentos de primera necesidad que se destinaron a la Corrala La Utopía, se ponía en cuestión por la vía de los hechos esa idea aparentemente inviolable de que la propiedad privada está por encima de que se cubran las necesidades básicas del pueblo, y se lograba hacer ruido mediático en mitad del mes de agosto aprovechando la disminución habitual de la cantidad de contenido en las noticias. Además se había logrado dar un empujón importante al sindicato que además del incremento en la afiliación ya citado y ese mismo verano se fue capaz de poner en marcha en plena carretera a miles de personas en las llamadas "marchas obreras" que recorrieron territorios de las ocho provincias, donde la Andalucía combativa comenzó a pronunciar unas palabras antiguas pero no poco actuales como las de Pan, Trabajo y Dignidad que poco después serían pronunciadas en Madrid por cientos de organizaciones en la manifestación más grande que se recuerda recientemente.

El sindicato a pesar del eco mediático que ocupaba continuó en los meses y años  posteriores a la famosa acción del Carrefour y el Mercadona realizando acciones de las de toda la vida en las que se ocuparon fincas como Las Turquillas, La Rueda, Los Carrizos (En las que el propietario era Mario Conde y donde también se logró cierta notoriedad mediática), o más recientemente la finca de La Isla, cercana a Las Turquillas. También se realizó otra expropiación en el verano de 2013, esta vez de material escolar, otra de esas cuestiones que preocupan profundamente a las familias andaluzas en la época estival. La lista sigue, porque el sindicato jamás se ha quedado quieto. A todo esto hay que sumarle un incremento modesto pero constante en la actividad puramente sindical en el medio urbano, con humildes victorias puramente sindicales como la de los trabajadores de Jardines Alberto en Granada, o como la creciente representatividad lograda en diferentes comités de empresa, y en el medio rural, donde la actividad continuó adelante siempre que hubo necesidad de que el sindicato diera la cara en cualquier tajo.

Pero... y después, ¿Qué? En estos 3 años ha habido un verdadero terremoto a nivel político en la izquierda que a ojos de cualquiera que mire no le ha sido ajeno al SAT, más que como sindicato, como movimiento social. Porque además el momento requiere que los movimientos sociales se mojen en el ámbito político. El 'fenómeno Podemos' ha irrumpido con fuerza a nivel estatal y lo ha hecho también en Andalucía. Ese hecho unido a la salida de IU de una de las organizaciones que más aportan cuantitativa y cualitativamente al SAT como es la CUT, ha removido el panorama de manera especial. Esto ha creado condiciones de confluencia muy interesantes, en donde personas y organizaciones se unen en base a intereses comunes de una manera que recuerda a las 'matrioskas' rusas. Organizaciones y personas que habíamos encontrados una casa común para realizar actividad sindical y sociopolítica en el SAT, posteriormente subimos el nivel creando ciertas experiencias de unidad municipalista donde fue posible crearla junto con otros grupos e individualidades que habían llevado a cabo luchas en nuestra misma trinchera. Otro ejemplo ha sido la lista unitaria de izquierda andaluza que concurrió a las Primarias de Podemos como fue la lista "Utopía y dignidad" que tan buenos resultados obtuvo y donde se unieron diversos sectores de la izquierda andaluza.

Se podría decir que a la experiencia de décadas forjada por el SOC y posteriormente por el SAT, de base, asamblearia, y que encontró en un buen número de pueblos de Andalucía una vertiente política con los mismos valores como fueron los pueblos gobernados por la CUT (Contando con un buque-insignia como Marinaleda, nada más y nada menos), encontró un aldabonazo mediático en las acciones de expropiación del verano de 2012 que hizo elevar su importancia política a partir de aquél punto de inflexión, encontrando el sitio que le correspondía como movimiento social. Partiendo de esa dilatada experiencia, con la tarjeta de presentación de ser un movimiento sociopolítico que ha cubierto necesidades sindicales pero también de otros tipos, el SAT ha conseguido ser uno de varios referentes a la hora de construir la unidad política que sin duda sacará a Andalucía del atolladero económico y social en el que se encuentra históricamente y que aparentemente, sólo aparentemente parece no tener fin.

Para el futuro quedan una gran cantidad de retos. No será nada fácil seguir profundizando en el camino de una alternativa política que cubra esas necesidades históricas del Pueblo Andaluz. El camino será largo sin duda, pero algunos lo comenzaron a andar hace casi 40 años, y lo más importante es que en los últimos tiempo ha podido destacar de la manera que merece como ejemplo de trabajo bien hecho que se puede aportar a cualquier proceso de unidad que pueda darse. Hoy, un día después del tercer aniversario de aquella exitosa acción por las que varios militantes del SAT nos enfrentamos a un proceso judicial más dentro del gran saco de procesos acumulados simplemente por luchar por los intereses objetivo del pueblo trabajador andaluz, conviene recordar su importancia política en lo concreto y en la historia reciente de nuestro sindicato alegrándonos al mirar tres años atrás y ver lo que hemos avanzado luchando y a partir de ahora, creando Poder Popular, como decía el histórico discurso del Presidente Allende.

¡Sigamos adelante! ¡Por la unidad popular!

miércoles, 11 de marzo de 2015

Teresa, ¡¡¡“A barrer”!!!

El pasado sábado en la Plaza de la Corredera, pude asistir al mitin que Podemos daba en el arranque de la campaña electoral para las próximas elecciones andaluzas. Un paseo iniciado sin una intención clara, terminó de una manera un tanto inesperada en esta plaza de mi hermosa ciudad de Córdoba. Esa misma tarde me enteré de tal evento, y curiosos, un grupo de amigos decidimos acercarnos a ver qué tenía que decir Teresa Rodríguez. Al enterarnos in extremis, no pudimos llegar a tiempo de escuchar la intervención del cabeza de lista por Córdoba David Moscoso ni la del miembro de la dirección estatal de Podemos Iñigo Errejón, por lo que quienes fuimos, supusimos que o bien habíamos llegado demasiado tarde, haciendo de la visita a “La Corre” algo estéril, o bien habíamos llegado convenientemente al plato fuerte del acto. Por suerte Teresa Rodríguez intervendría en tercer lugar.


Antes de referirme a las palabras de la candidata de Podemos a la Presidencia de Andalucía, cabe señalar una puesta en escena del mitin austera. Sin elementos ostentosos, pero sin apariencias que fuerzan una falsa imagen de cercanía, como los nuevos actos del PP o del PSOE, que creen que por poner al público en círculo alrededor de un profesional de la política con horas de coaching a las espaldas, sin atril y con un micrófono inalámbrico enganchado a la oreja haciendo un monólogo dicharachero convencen a alguien. Había un escenario, un atril con su micrófono, un equipo de sonido y un cartel grande con el lema de la campaña. No hace falta más.

Bueno, una cosa sí que faltaba. Una bandera de Andalucía, que Rodríguez llevaba en la mano al irrumpir en el escenario para dar el mitin entre aplausos y que enganchó en el atril antes de comenzar a hablar. El discurso en sí mismo no deja de ser una larga lista de verdades incontestables salvo para alguien que viva muy alejado del mundo real. Aludir al paro descomunal, a la alta tasa de emigración juvenil, al deterioro de sanidad, educación y otros Derechos Humanos que deben ser protegidos por las instituciones públicas, y a otra decena más de indicadores que muestran el desolador panorama actual que existe en Andalucía, unidos a otros más generales como la existencia de una deuda de los bancos que no tenemos ninguna obligación de pagar o la necesidad de obedecer ciegamente a los mercados por parte de los gobiernos actuales, no se puede decir que sea haber encontrado el Santo Grial precisamente, por ser realidades descarnadas que sufrimos a diario.

Pero sí que intuí estar oyendo a una lideresa política con la mente puesta en Andalucía como un sujeto específico y no como pieza de quita y pon de un puzle mayor cuando hizo referencia a otra verdad incontestable que se une a las anteriormente citadas, que es la traición a la Autonomía. Ahí sí está el Santo Grial, porque es la eterna causa que siempre se esconde y que hay que iluminar con más fuerza que nunca para que se vea bien. Textualmente Teresa Rodríguez dijo una frase muy significativa; “Los últimos gobiernos, son gobiernos de sequía y no se acuerdan de la bandera blanca y verde que el pueblo andaluz enarboló en un palo de escoba hace 30 años”. Cayendo en la tentación de contraponer esta frase con otra de Iñigo Errejón pronunciada en la intervención anterior del mismo acto, que rezaba que; “Aquí en Andalucía, como en los mejores momentos, puede comenzar a desbloquearse la política española”, hay algo que no me cuadra.

La primera es muy cierta. De hecho, la última legislatura en la Junta de Andalucía lo ha puesto de manifiesto claramente. El Gobierno de PSOE e IU, después de un pacto de gobierno basado en la argumentación de la necesidad de parar a la derecha (sic), se han quejado sistemáticamente de la poca maniobrabilidad de la que han dispuesto a la hora de legislar a favor de la mayoría de andaluces y andaluzas. Sobre todo IU, que parecían ser quienes tenían al menos una poquita de intención de hacerlo y que sin conseguirlo, mantuvieron esa absurdez política 4 años casi enteros estérilmente. Es la traición abierta y desvergonzada del PSOE a Andalucía respecto a nuestra Autonomía el elemento estrella de que ese autogobierno por el que se luchó, y que depende del mantenimiento y profundización de Andalucía como sujeto político lo que impide legislar al margen de gobiernos estatales reaccionarios como el actual del PP. La falta de voluntad política actual influye, pero tratándose del PSOE es de suponer que si hubo traición en los años posteriores a 1977, la habrá habido en la legislatura 2011-2015, por lo que esa falta de voluntad política es inherente a la naturaleza traidora de este partido político. Primero no se encargaron de desarrollar los instrumentos de autogobierno, y después no han querido usar los pocos que dejaron existir. Obviamente hablamos de un partido que obedece a la Troika del que no cabe esperar gran cosa, pero sí que en algún momento podría darse la existencia de un gobierno andaluz diferente.

No me cabe duda de que incluso con un gobierno andaluz de Podemos en solitario, cosa que es del todo improbable en estas elecciones, no se podrían hacer milagros con la Autonomía actual. Pero sí que hay algo que se puede hacer sin necesidad de ganar unas elecciones, aunque ganar poder institucional sea un paso grande para lograrlo, que es recorrer la senda de la Autonomía real, que no es otra cosa que el fomento de Andalucía como sujeto político propio a todos los niveles, es decir, la creación de Poder Popular con acento marcadamente andaluz sin la mente puesta en nada más necesariamente. Esa es la Autonomía que nunca llegó, y esa y no otra es la traición del PSOE en esta tierra. Hipotecar el empoderamiento del Pueblo Andaluz y someternos al papel de ser el inicio de algo posterior que es lo supuestamente importante como España y su desbloqueo, no supondrá psicológica y políticamente más que una reedición de aquél aborto de pueblo fuerte y orgulloso de sí mismo como nación que era la Andalucía de 1977 y que hoy sobrevive en la lucha de organizaciones como el SAT, o en brindis al sol como la definición estéticamente apropiada pero vacía de “Realidad nacional” en nuestro Estatuto de Autonomía.

Por todo esto, las palabras de Teresa Rodríguez me generan esperanza, y las de Íñigo Errejón me generan justo lo contrario. Y no es ni por desconfianza, es porque son sus palabras las que trazan la línea errónea para Andalucía que ya anduvimos en los últimos 30 años, la de ser siempre subalternos de los intereses de España, incluso a costa de nuestro propio bienestar (Entrar en comparativas y en causas daría para varios artículos más, pero cabe decir que hay estadísticas de estos últimos 30 años muy interesantes que nos hace comprobar de qué manera Andalucía ha vivido prácticamente siempre en continua crisis, incluso cuando parecía que el capitalismo era capaz de ofrecer un espejismo de bienestar). Pero Rodríguez dejó claro en su discurso que es una línea que rechaza, y en el momento en el que el Pueblo Andaluz comprenda que la mayoría de los problemas de nuestra tierra y la imposibilidad de hacerles frente desde las instituciones es la falta de soberanía política y que esta depende de nosotros y nosotras mismas, pondremos las bases para evitar los engaños o los malos caminos.

Como decía también la candidata, “os quiero vigilantes”, refiriéndose a una evaluación constante de su desempeño como representante electa en el tiempo que esté. Yo iría más allá demandando esa vigilancia en el cumplimiento y aumento de la soberanía andaluza, llave para lograr un futuro mejor. Cuando el palo de la escoba y la arbonaida se unan de una manera menos folclórica y más real, o lo que es lo mismo, cuando el trabajo y el barrido de terratenientes y caciques se unan con la conciencia nacional andaluza, habremos conseguido un punto muy interesante para Andalucía.



El acto terminó con la versión oficial del Himno de Andalucía que parte del público cantó con el puño en alto, para terminar con otra consigna muy habitual en cualquier movilización actual, como es el “sí se puede”. Lo que queda por vislumbrar es si conseguiremos la herramienta clave para poder en Andalucía, como es la soberanía de nuestro pueblo y nuestro empoderamiento para conseguirla, y no repetir los errores del pasado que esconde la concepción de estas elecciones andaluzas como parte de un todo. Por eso espero que Teresa Rodríguez empuñe la escoba y la arbonaida y se remangue para barrer todo lo que sobra en Andalucía, y eso no lo va a lograr sin andar la senda correcta, porque aunque haya quien crea que barrer es cosa de mujeres, en política quien barre realmente, es el pueblo entero, y para ello no basta con barrer en unas elecciones solamente.

martes, 17 de febrero de 2015

Albert Rivera y su visita a Andalucía. El bucle que no cesa.

La táctica del avestruz consiste en esconder la cabeza ante los problemas. Esta actitud, idealista hasta el extremo, espera que de alguna manera estos se resuelvan solos, lo cual además de estúpido, va en contra de los intereses propios. Es este el pensamiento que me viene a la mente cuando leo atónito las declaraciones del dirigente del partido Ciudadanos (Presupongo que las ciudadanas no entran en esta organización) Albert Rivera en su visita a Málaga en las que declaraba sin rubor ninguno lo siguiente:




He querido transcribir las palabras tan al detalle, además de porque el mismo autor de las declaraciones ha querido aclarar cualquier matiz en el sentido de las palabras una vez generado el debate, por tener en cuenta que el malentendido forma parte importante de la polémica, desviando completamente el centro de la cuestión. Al parecer muchas de las personas ofendidas lo están porque han supuesto que cuando hacía la metáfora de la pesca, estaba tachando al pueblo andaluz de alguna manera como un pueblo vago y no como un pueblo subvencionado por el sistema basado en el clientelismo creado por el PSOE en Andalucía en 36 años de gobiernos ininterrumpidos, resaltando los más fachas la parte en la que se critica al PSOE, como si el PP no utilizara esos medios para mantener el poder, y los menos fachas resaltando el carácter trabajador incuestionable del pueblo andaluz.

Ante la avalancha de tuits relacionados con este tema, Albert Rivera ha matizado, dejando claro que él se refería a las subvenciones y favores varios repartidos por el PSOE, que según él son la causa de que Andalucía sufra la situación que sufre de subdesarrollo, paro, y falta de oportunidades. No tiene en cuenta Albert Rivera que hace 36 años la situación era peor, y sin ser esto un halago por mi parte para ninguno de los gobiernos del PSOE, ni del PSOE e IU ni del PSOE y el PA que se han producido en este tiempo, no deja de ser una realidad. Pero, ¿Por qué a pesar de haber mejorado Andalucía en estos 36 años seguimos siendo un pueblo subdesarrollado respecto al resto de pueblos que componen el desigual y asimétrico Estado Español?

El PSOE es sólo parte de la explicación
La explicación para nada es la que da Rivera. La explicación que da es la explicación a los 36 años en los que después de una movilización histórica el 4 de diciembre de 1977 y desde el primer mandato de la Junta Preautonómica en 1979, un partido estatal como el PSOE cogió el poder envuelto en la Arbonaida y en Blas Infante y continuó manteniéndolo en el subdesarrollo pleno. Pero ese era un subdesarrollo que ya estaba más que establecido de muchísimo antes y como casi todo, no es nada casual. No hace falta irse a análisis de la izquierda soberanista andaluza para encontrar explicaciones reales al subdesarrollo de Andalucía, aunque estos lo expliquen muy bien, como por ejemplo en el punto de la cuestión nacional del Programa de Andalucía Comunista1 o en la polémica Ponencia Política2 elaborada por la CUT para su IV Congreso Nacional que se difundió en prensa de maneras bastante sensacionalistas y retorcidas3 4, y que en su contenido real mostraba un certero análisis en un línea parecida.

Nos podría bastar con escuchar a Julio Anguita en una de sus intervenciones en el programa “La Clave”, emitido en 1985 en TVE y que trataba exclusivamente de la Autonomía andaluza y los problemas existentes en ella. Problemas calcados a los de hoy, casi 40 años después, por cierto. En el extracto5, comprendido entre el minuto 29:45 y el 37:40 del vídeo del cual recomiendo su visionado completo, Anguita, aparte de exponer como solución un discurso federal que a las alturas que estamos del modelo autonómico (Que de facto se le puede considerar como una especie de federalismo con matices), se muestra insuficiente a todas luces y no acaba de resolver el problema, explica magistralmente el origen real del subdesarrollo en Andalucía. Comienza en el pacto entre la burguesía vasca, y la catalana, y las oligarquías terratenientes castellana y andaluza que fue sellado a mediados del siglo XIX, que perduró incluso en la época de Franco y posteriormente hasta nuestros días con el centralismo y la idea de una España cohesionada como varita mágica que hace que dicho pacto funcione. Hay una frase que es demoledora: “Para entender lo que hoy está ocurriendo hay que hablar de Historia”. Y como posteriormente Anguita reconoce ya en este programa de 1985, todo ataque al centralismo proveniente de Andalucía, es decir, algo que él no dice debido a matices ideológicos, que es la lucha por la soberanía andaluza, hace temblar los cimientos en los que se basa el Estado Español. Aquí cada cual juega un papel, y para que el Estado Español funcione bien, Andalucía tiene que ocupar su papel de suministrar materias primas pero no el de transformarlas porque transformarlas ya forma parte de otros eslabones de la cadena. Por eso lo que se cultiva en Andalucía acaba transformado en fábricas de Logroño o Valencia, por decir dos ejemplos. Es por ello que padecemos un subdesarrollo endémico desde hace casi 2 siglos, ya que de momento la situación no ha cambiado en ningún momento, sufriendo Andalucía los males del rol de manera continuada independientemente del régimen político o de la coyuntura económica. Así, en la época de “vacas gordas”, en Andalucía tenemos cifras bastante por debajo de las comunes en los indicadores de bienestar más básicos, y cuando llegan las “vacas flacas” pues no hay más que ver las cifras de hoy, que si en el conjunto del estado son tremendas, en Andalucía se superan con creces.


Recibir insultos es desagradable, pero más
desagradable es la causa real de nuestra pobreza
Bien, ni los análisis de Anguita o de ciertos partidos soberanistas andaluces tienen necesariamente porqué ser los más certeros, pero sí que arrojan un poco más de luz desde otra perspectiva sobre un problema real que tenemos las andaluzas y los andaluces y que no es nunca resuelto. Y aquí es donde entra ese concepto de la táctica del avestruz por el cual el mismo pueblo andaluz, subyugado, sumiso y bien metido a conciencia en un pozo de intelectualidad famélica, analiza en el mejor de los casos en clave de insulto las palabras de Albert Rivera cual vasallo indignado y no como alguien consciente de su potencial de subvertir la situación. El problema no es que nos insulten y nos traten como un pueblo vago y subvencionado. El problema es que Andalucía es un pueblo que ha sufrido las consecuencias de tener una de las mejores tierras de la Península Ibérica y del afán de los señoritos que se han ido repartiéndola en porciones de miles de hectáreas desde hace siglos. Si algo tendría que ser reprochado a este pueblo, ha sido su falta de determinación a la hora de enarbolar la bandera de una nacionalidad propia más que justificada para ponerse enfrente cara a cara con esa España que nos repudia mientras que nos saca los cuartos, pero falta de ganas de trabajar no faltan, y eso Rivera, que no es tonto, lo sabe. Se confundió de metáfora para reproducir un argumento muy del PP para ganar votos en uno de los graneros de votos más importantes para cualquier partido estatal como es nuestra tierra, pero vagos, lo que se dice vagos, no nos llamó.

Así que más nos valdría dejar a un lado los lamentos vacíos que podemos leer en Twitter cada vez que un señorito coge el AVE para venir a tocarnos las narices llamándonos vagos o viniendo a pescar votos, porque eso no es más que la punta del iceberg. El PSOE con su sistema clientelar y sus subvenciones (Algo denunciado por Albert Rivera y que por cierto, en parte es bastante cierto) solamente ha reforzado una situación de subordinación que dura siglos, y que hoy tiene desactivado por ejemplo a una gran parte del campo andaluz en lo que a la lucha se refiere a cambio de unas migajas. Este tipo de efectos de ciertas subvenciones es obvio que es cierta y perseguida por el propio PSOE y los distintos Gobiernos de la Junta de Andalucía.


Lo que Albert Rivera no ha dicho, es que lo que tenemos que hacer es coger el sedal de pesca y dejar de echarlos al mar para pescar el pescado que se comen otros en Madrid, sino cogerlo y amenazar con enredárselo en el cuello a los que nos tratan como inferiores de manera paternalista, y una vez que seamos capaces de hacer eso como pueblo, veremos a ver quién se ríe de quién. Pero para eso hay que dejar a un lado discursos viejos sobre cómo montar las piezas del puzzle del Estado Español y agarrar bien fuerte el de la soberanía nacional también aquí en Andalucía, porque si no la situación nunca cambiará como ha pasado a lo largo de los últimos siglos. Pero no agarrarlo como el PSOE para soltarlo nada más acceder al poder, sino de verdad. Veremos cómo así nadie viene a cuestionarnos más, porque el origen del problema ya no estaría.

Muerto el perro se acabó la rabia. O dicho de otra manera, muerta España como unión impuesta de pueblos bailando al son del centralismo, se acabó la dependencia y la sumisión. Es una forma de intentarlo, ya que en 40 años de "democracia" se ha demostrado una vez más que no se trata de encajar las piezas porque que encajen sólo ha beneficiado a aquellos que se aprovechan de Andalucía. Abramos la mente y probemos otras maneras de salir del subdesarrollo empoderándonos como nación que ya somos y olvidando el pasado, representado por esa entelequia llamada España que jamás nos tomó en serio.






5 https://www.youtube.com/watch?v=R760RBXTDiE Recomiendo el visionado completo del video además del extracto concreto citado. El debate es de nivel, y es muy interesante comprobar como la Autonomía a pesar de haber mejorado las condiciones de Andalucía en algunos puntos, tampoco ha traído soluciones a los pilares históricos que tanto determinan el análisis, a juzgar por los problemas de los que se hablan en un programa de 1985, que son exactamente los mismos; paro, reparto de la tierra, precariedad laboral, baja alfabetización en zonas rurales, ignorancia, etc, etc.

sábado, 20 de septiembre de 2014

La violación sexual que "sólo" resultó ser la violación social de siempre.

Respecto al caso de la violación de Málaga que ahora parece que no fue tal. Deberíamos abrir la mente un poco. Para quien no conozca el último episodio de este caso que ha provocado reacciones de todo tipo, aquí dejo un enlace.

http://www.abc.es/espana/20140919/abci-joven-violacion-feria-201409190904.html

Una vez informados podemos recapitular un poco.Tenemos lo siguiente:

- Una mujer.
- CInco hombres.
- Una relación sexual en plena calle entre todos ellos y de todas las formas posibles. Al parecer, consentida.
- Una grabación de la misma en un teléfono móvil.

Pensemos qué habría pasado si no hubiera habido denuncia ni se hubiera liado la cosa. ¿Dónde habría ido a parar el video? Incluso, ¿Qué reputación les caería a cada una de estas personas? No necesariamente de cara, pero sí indirectamente. No deja de ser un vídeo de ella practicando sexo de una manera y condiciones además especialmente inusuales.

¿Qué concepción social hay de un hombre que practica sexo en grupo?
¿Qué concepción social hay de una mujer que practica sexo en grupo?

La chica reconoce que se inventó la denuncia para evitar que tal video fuese difundido aunque consintiera la relación sexual con ellos. A mí me surgen preguntas como: ¿Consintió la grabación del video? ¿Tenía derecho a que ese video no hubiera sido grabado? ¿Tiene motivos para tener ese miedo de que el video sea difundido? Porque es obvio que a lo que hizo después no tenía derecho. Pero, ¿y las otras cuestiones? ¿Se las plantea alguien?

Nada más lejos. Los comentarios que están abundando por las redes sociales señalando únicamente la mala fe de la chica al denunciar falsamente a estos 5 chavales y la señalización desproporcionada de las "denuncias falsas que hay a diario", dejan bien claro una vez más cuál es el género que se lleva la peor parte cuando hablamos de ciertos temas. Sin entrar en más consideraciones, es interesante para el análisis de la cuestión introducir la visión de la chica respecto a su relación consentida. ¿Culpa? ¿Sentimientos de vergüenza? ¿Pensamientos de "qué puta soy"?

Triunfador VS Zorra *

Quizás el miedo empuja a tomar decisiones incorrectas.
Quizás los conceptos sociales hegemónicos respecto a la mujer y el sexo son demasiado negativos.

Y sobre todo pensemos el caso puesto al contrario. ¿Tendría el mismo miedo un chico que hubiera pasado por la misma experiencia de tener sexo en la calle con 5 chicas? ¿Estaríamos ante alguien que debería avergonzarse por "puta", o estaríamos ante "el puto amo"? Es oportuno decir que es hasta difícilmente imaginable un enjambre de mujeres follando con un sólo hombre a no ser que nos hayamos introducido en ese tipo de idealizaciones del mundo del porno, que son idealizaciones generalmente 100% masculina, dicho sea de paso.

No juzguemos tan pronto, que aunque haya habido denuncia falsa y eso no esté bien desde un punto moral individual, hay que buscar también las causas sociales por las que los individuos actúan como actúan. Tal vez los chicos se propasaron grabando la relación o no borrándola en el caso de que ella lo hubiera pedido. El "hasta aquí" no se refiere solamente a cuando una mujer no quiere que la penetren. Como todo en el sexo, no todo es penetración, y la integridad de una mujer puede verse dañada sin necesidad de que le metan nada, simplemente al ignorar su no-consentimiento para cualquier tipo de práctica. Al final, hacer cualquier cosa sin el consentimiento de todos los participantes en una relación sexual es una especie de violación. Incluso en la pareja, y en cualquier otro ámbito. Hay muchos mantras que romper al respecto.

En cualquier caso, si no hubiera roles diferenciados entre los géneros a la hora de juzgar las actitudes sexuales y tan negativos para la mujer, quizás no habría habido denuncia falsa, sino una fantástica relación entre las 6 personas sin más.

En resumen, mi opinión es que me parece muy mal la denuncia falsa porque no es justo para los chavales denunciados y comprendo totalmente la sensación de confusión que hayan podido tener con una chica que había consentido la relación. Pero al mismo tiempo hay algo que me parece más grave simplemente porque afecta a la sociedad y no a 6 personas, que es el sistema patriarcal que presiona a las mujeres a la hora de poner en práctica su libertad sexual bajo los epítetos frecuentes de "puta", y que es lo que inequívocamente ha movido a esta mujer a tomar esa nefasta decisión.

Estas cuestiones jamás pueden tratarse desde el llamado sentido común, ya que el sentido común reinante hoy día es el del patriarcado como sistema social, donde la mujer es culpable hasta del pecado original y donde siempre se encuentra la manera de terminar culpando incluso hasta a la mujer que es violada de verdad por imprudente al ir de madrugada por la calle o "por vestirse como una zorra" e "irlo pidiendo". No olvidemos que ese es el mundo en el que vivimos, por lo que tenemos que ponernos las "gafas lilas", como dice siempre una camarada mía, para ver con más perspectiva y no caer en esa visión generalizada de las cosas que sólo guarda ponzoña y culpa contra la mujer, ya sea de manera negativa o de manera negativa aunque vestida de positiva.


* Extraído del artículo del Diario Público: "Los estereotipos de género, resumidos en veinte esclarecedores pictogramas" basado en los pictogramas del libro "Man meets woman" de la artista china Yang Liu. Es una manera de expresar los roles de género que nos afectan a hombres y a mujeres, origen de la desigualdad.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

El laberinto polarizado de los reformistas y los sectarios



Últimamente observo una polarización en los movimientos sociales y en la izquierda (Así en abstracto y sin contar al PSOE ni a IU, los primeros por no ser izquierda en absoluto, y los segundos por llevar tiempo en las instituciones y estar asentados en ellas, por lo que no están sujetos a ese fenómeno llamémoslo de la "neopolítica" de la gente que la está descubriendo ahora con la crisis) que no sé es fruto de mi imaginación o si es que realmente está ocurriendo:

El m-l no es una religión
Por una parte están los que creen que la hoz y el martillo debe estar dibujada en todas partes necesariamente, tienen la cara de Stalin tatuada en el pecho, escuchan a Pablo Hasél (Y similares) muchas veces al día, pertenecen a grupos políticos totalmente alejados de la gente y desde su torre de marfil ordenan a las masas lo que deben hacer sin que las masas sepan ni que existen ni ellos ni sus partidos políticos. A pesar de pasarse el día hablando de marxismo, realmente no han entendido de él nada más allá del folclore comunista generado por experiencias pasadas y todo les parece de un reformismo tan extremo que debe ser considerado enemigo a combatir basándose en que una vez Lenin dijo no se qué o porque tal cita de Stalin dice que no sé cuánto, sin hacer mucho más análisis.

La papeleta mágica que todo lo puede
Por otra parte están otros, la mayoría, que ven en Podemos una especie de varita mágica con su mesías Pablo Iglesias a la cabeza. Les votaron en las Europeas, celebraron los cinco escaños de junio, hoy están muy enfadados porque no dejaron hablar a Podemos en su escaño sin tener en cuenta qué clase de institución es esa y a qué poderes responde, no han cuestionado en ningún momento porqué Pablo Iglesias sale tanto en la tele sin tener en cuenta tampoco a qué responden los medios de comunicación o porqué Podemos nació en Enero y en Junio ya estaban en el Parlamento Europeo. No tienen en cuenta absolutamente nada de nada, todo lo que tenga que ver con marxismo en cualquiera de sus formas más clásicas les parece antiguo y prescindible (Aunque en sus discurso hay necesariamente montones de rasgos marxistas sin que se den ni cuenta a veces), y que son la ingenuidad hecha carne, porque nada de esto es nuevo en realidad, ya que el reformismo lleva inventado mucho más que el tiempo que lleva Podemos existiendo.

Y en medio estamos algunos que ni una cosa nos convence ni la otra, pero desgraciadamente para mí al menos, no somos mayoría en absoluto. La moda del interés repentino por la política, que como todas las modas son absolutamente volátiles, intercambiables por otras que saldrán después y sin demasiadas raíces que la sustenten, ha creado estos dos tipos de monstruos que pueden llegar a enervar, porque si hablas con el primer tipo de espécimen llegas a la conclusión de que jamás va a lograr fundirse con las masas hasta el punto de que contando con ellos pueda surgir una organización revolucionaria que dirija un proceso revolucionario que merezca llamarse como tal. Y hablando con el segundo tipo, llegas a la conclusión de que en ellos sí que hay potencial, pero tienen el problema de que están vacunados contra el marxismo y lo único que podrías sacar de ellos es que te votaran a ti en lugar de a otro si lograras parecer lo suficientemente “decente”, porque de base lo que hay es un reformismo tan radical, que realmente se hace complicado imaginarme de qué manera todo ese potencial podría llegar a buen puerto más allá de la quimera de ganar unas elecciones burguesas. Paradójicamente el exceso de rechazo al sectarismo, crea un nuevo tipo de sectarismo de la misma forma que el exceso de asamblearismo crea una cúpula encubierta que hace más antidemocráticos los procesos. Todo en exceso puede ser un veneno, que decía Paracelso.

El Consejero de Gas Natural y el Diputado vitalicio en 1982

Probablemente mi reflexión parezca algo contradictoria, porque hablando de uno parece que soy del otro y hablando del segundo parece que soy del primero, pero no soy ni de uno ni de otro. Me considero marxista-leninista y dentro de las pocas convicciones inamovibles que tengo, está la de que ni la deformación del marxismo en pos del ultraizquierdismo, ni en pos del reformismo son útiles a largo plazo. La primera es inútil desde el minuto 1, y la segunda es inútil desde el minuto 0, pero parece relativamente útil y un mal menor, hasta que 40 años después se le empieza a caer la careta, como le está pasando a los muchachos de la chaqueta de pana del PSOE, que hoy casi se confunden con los post-franquistas del PP, pero que en el 82 iban a cambiarlo todo de arriba a abajo, engañando a muchos millones de votantes y sin tener ninguna intención de crear poder popular, que al final es la única llave para lograr cosas, y esa llave no se encuentra ni en las plegarias irracionales a Stalin, ni a Pablo Iglesias. Se encuentra en el trabajo de base, que hoy por hoy cada día es más penoso de realizar, porque siempre hay algún listo por medio que quiere terminar llevando todo ese trabajo a las urnas, ya sea con un logo en la papeleta o con la cara del líder, razón por la que muchos de los movimientos sociales del Estado Español están siendo abducidos poco a poco por ciertas marcas electorales.

¿No es posible militar en organizaciones políticas, sindicales o movimientos sociales sin tener que aspirar a introducirlas en indigestas ‘sopas unitarias’ de cara a unas elecciones o a manifestaciones-show sin demasiada continuidad como la del 22-M, o sin limitarse a vivir enfadados porque las masas no asumen ciertas cosas en 5 minutos? Parece que no. Cada vez que un comunista hace un intento de ese duro trabajo de base, un reformista sale en la televisión diciendo barbaridades contra el marxismo, y un militante del Partido Comunista Mejor del Mundo Mundial cuelga en su facebook una foto de Kim Jong Un diciendo que eso y nada más es el comunismo. Doble daño. Parece imposible no repetir errores del pasado aprendiendo de ellos y de las experiencias pasadas, las cuales no hay que repetir, sino apoyarse en ellas para no caer en las trampas que las burguesía nos pone por medio para no perder sus privilegios.

El laberinto de la salida del capitalismo cada vez se relía más. Como dicen los Nashari Sound, hay días que dan ganas de saltar del tren.

... y mejor ni hablar de la cuestión nacional andaluza, que si no el artículo podría llegar a convertirse en un libro.

jueves, 19 de junio de 2014

Budapest, ciudad de contrastes


Mendicidad por todas partes, Starbucks y Mc Donalds en cada esquina, drogas en plena calle, tiendas con zapatillas de deporte de Adidas o Nike de las cosidas en Taiwan, considerable desigualdad económica entre el turista europeo medio y el habitante autóctono, muchas banderas nacionales por todas partes, una gran red de transportes públicos de los años 50, 60 o 70 que se mantienen perfectas donde puedes ir hasta un desagradecido cementerio que contiene las estatuas de los héroes y heroínas que hicieron posible que esa red (entre otras muchas cosas) existiera, impunidad absoluta para los Jobbik, el partido nazi que campa a sus anchas por allí persiguiendo gitanos por las calles... Budapest es una ciudad de contrastes muy intensos en clave política y social.

Vista de Budapest desde la colina de Gellert
Es una ciudad bella. Creo que no hay otro adjetivo que pudiera definirla mejor. Es belleza pura. Desde la perspectiva de la Colina de Gellert, se puede ver la gran extensión de Budapest atravesada por el Danubio, que navegándolo con la mirada te lleva hasta Isla Margarit, que está flotando en él. Sus puentes, el Parlamento que está a la orilla, y un mosaico de tejados de colores bastante heterogéneos que cuesta parar de mirar son otros de los elementos que destacan de su vista aérea. A ras de suelo Budapest no pierde ningún interés. Es un lugar donde cada esquina guarda un detalle curioso, algo que observar o de lo que sorprenderse. Al menos para mí. En parte esto es provocado por el mero hecho de ser un lugar que se encuentra a 3000 km. de Andalucía con las diferencias lógicas que eso conlleva, o por ser Hungría un país centroeuropeo colocado en tierra de nadie si atendemos al “telón de acero imaginario” con el que se hace una división mental entre Europa Occidental y Oriental, y que aquí se hace un poco difuso, arrojando una mezcla cultural muy interesante. Cabe decir que no me estoy refiriendo a los iconos de la globalización capitalista de hoy, sino a algo más general. Un KFC en cada esquina no es precisamente interculturalidad, o al menos no es mi concepto ideal de ésta.

Entre los detalles que podríamos observar por la ciudad lamentablemente nos encontramos dos agujeros negros históricos. Uno en el periodo que va desde 1944 hasta 1991, y otro más pequeño correspondiente a 1919. Son la época posterior a la liberación de Hungría de la dominación nazi por parte de las tropas soviéticas además de la posterior etapa socialista del país iniciada en 1949, y la corta experiencia de la República Popular de Hungría de 1919. Los restos históricos del difunto socialismo húngaro han sido literalmente borrados de la ciudad, al parecer de una forma más concienzuda si cabe que en otras ciudades europeas del antiguo campo socialista.

Entrada al Museo del Terror
Pero lograr hacer olvidar el socialismo en un país que lo ha disfrutado durante más de 40 años no debe ser sencillo. Un ejemplo de este trabajado esfuerzo institucional es el Museo del Terror, en el que se encuentran expuestas de una manera intencionadamente “simétrica” documentos, estatuas, representaciones de ambientes o uniformes de los nazis y de los comunistas. Es el relato de siempre, sólo que en los países que fueron ocupados por el IV Reich y que después de la II Guerra Mundial se convirtieron en países socialistas este relato debe ser acompañado de una gran cantidad de accesorios. Lo que aquí nos cuentan de viva voz tertulianos del PP o del PSOE, allí tienen que currárselo más para que agarre. Al entrar se oye una música tenebrosa propia del castillo del terror de la feria de tu pueblo y aparecen al frente un par de estandartes que simbolizan las dos temáticas del museo. Pronto aparecen los bustos de Stalin que han sido arrancados de sus lugares de origen en la Budapest socialista, los videos con testimonios de supervivientes de campos de concentración nazis y del Gulag soviético, los expositores con objetos de tortura utilizados en los interrogatorios de nazis y de soviéticos, réplicas de celdas y de despachos, y cosas así. No hay nada al azar, y por cada elemento positivo que pudieras ver en los comunistas, te aparece algo que te trata de desmontar esa visión, llegando al punto en el que la aparición de objetos nazis se va diluyendo conforme se avanza en el recorrido y queda exclusivamente terror soviético hasta llegar a la zona en la que se recuerda la contrarrevolución de 1956,  y al final del todo ya en una especie de “fin de la pesadilla” aparecen vídeos con los hechos del tiempo que va desde 1989 hasta el 1991, cuando al fin cayó el socialismo en Hungría. Cierto es que la estancia del partido de la cruz flechada y de los nazis alemanes no ocuparon tantos años como la estancia del Partido Comunista de Hungría (Después denominado Partido Socialista Obrero Húngaro) y de tropas soviéticas y por tanto es lógico pensar que haya más material de la época comunista, pero la manera en que está todo dispuesto te dirige inconscientemente el pensamiento hacia experimentar más empatía con los nazis que con los comunistas, y eso es intencionado. De ahí que la “simetría” pueda ir entrecomillada.

Pequeño busto de Stalin
Estrar en dicho museo (Cuyo edificio es el antiguo Cuartel General de la ÁVH, la policía secreta húngara de la época de Rakosi) es una experiencia contradictoria en esencia para cualquier comunista y presupongo que para cualquier nazi, porque el museo está bien planteado ignorando el componente ideológico presente durante todo el recorrido. Es decir, los objetos que están allí expuestos, no dejan de ser históricamente interesantes. Como señalábamos anteriormente, ahí podremos encontrar desde uniformes de las SS nazis o insignias de oficiales soviéticos, hasta documentos de judíos asesinados durante la II Guerra Mundial, o una máquina de escribir utilizada en un cuartel de la ÁVH. Es cierto que es difícil olvidar ese componente ideológico, porque es la única razón que explica la existencia de este museo… En definitiva, pasar allí 2 horas, es pasar 2 horas de contradicción constante.

Las botas de Stalin, anticomunismo puro
El otro gran ejemplo de cómo han eliminado los restos de la época socialista en la ciudad de Budapest es el Memento Park. Este lugar se explica por sí mismo con sólo definirlo; es el lugar donde se llevaron todas las estatuas de la época socialista de la ciudad. Es una especie de cementerio de estatuas. Cada una tiene una placa que indica quien la hizo, cómo se llama la obra y el lugar en el que estaba colocada antes de ser retirada. Como curiosidad cabe decir que no hay ninguna estatua de Stalin y no porque no hubiera en la época anterior a 1956, sino porque las pocas que quedan “vivas”, se encuentran expuestas en el Museo del Terror. Sólo hay una réplica de unas botas, de una gran estatua de Stalin que se destruyó precisamente en 1956. A Janos Kadar curiosamente tampoco le encontramos por ninguna parte, no alcanzo a saber por qué, ya que Munnich, otro dirigente de la época de Kadar sí que aparece.

Monumento a las BBII
A Marx, a Engels, a Lenin o a Dimitrov también les podemos encontrar. Y a Bela Kun y otros destacados dirigentes de la Revolución de 1919. Y una gran cantidad de “monumentos al combatiente soviético” erigidos en honor de los que lucharon en la II Guerra Mundial contra los nazis. También hay hasta un monumento en honor a los húngaros que lucharon en la Guerra Civil Española en batallones de las Brigadas Internacionales. Nada de esto debe ser digno de tener por el centro de la ciudad, y su lugar más apropiado debe ser el Memento Park, un museo hecho al comunismo, sino a la caída del comunismo, como viene indicado en todas las evidencias que podemos encontrar. Ni el antifascismo tiene cabida en la Budapest post-socialista.

Encuesta de kutatopont
Es el drama de la mayoría de países del antiguo campo socialista. Después de la caída del socialismo perdieron muchas de aquellas conquistas logradas décadas atrás. No todas, pero la gran mayoría de ellas. Y hoy se encuentran en ese sistema que parecía que sería magnífico pero que no sólo no lo es, sino que hoy está especialmente tocado por la crisis. Pero hay una esperanza. Hay datos que indican un aumento aplastante del sentimiento de nostalgia por el socialismo y no sólo entre las personas que vivieron esa etapa (Encuesta adjunta). Los jóvenes húngaros nostálgicos, que a finales de la década pasada no llegaban al 25%, en 2012 eran ya alrededor de un 70%. Opinan que antes importaban más las personas y que ahora importa más el dinero. Volviendo al contenido del primer párrafo de este artículo no me extraña que esto sea así. La desigualdad es muy visible en las calles, y eso que yo no visité mucho más allá del centro de la ciudad, pero hay escenas muy explícitas. De esas que son casi clichés del país ex-socialista que a la caída del antiguo sistema empezó a ver florecer McDonalds y nuevos ricos por una parte y mendigos por la calle y niños esnifando pegamento por la otra. Y es que la fase imperialista del capitalismo es así. Mientras que los negocios que posee una minoría tengan margen para seguir expandiéndose, las consecuencias que puedan provocar no les importa lo más mínimo. O incluso simplemente las necesidades que pudieran tener aquellos pueblos en donde pretenden operar no les preocupa, siempre que haya un volumen de ganancias suficiente. En este caso logrados casi más por el turismo que por la gente de allí. Por eso llegar con euros desde un estado de la Eurozona como el español es llegar con un tesoro y la vida allí es plácida y desahogada. Lo malo es tener un sueldo medio en Florines. Ahí sí que se debe notar que el capitalismo ha llegado y que esos vaqueros del Zara están en una tienda que está tu país, pero ni esos vaqueros son para tí, ni los beneficios de esa empresa son para tu país. También por eso debe haber tantas tiendas de segunda mano por toda la ciudad.
 
Marx aún resiste
Es una situación extraña que es incomparable a la miseria creciente que hay en Andalucía, el Estado Español o cualquier otra zona de las llamadas del sur de Europa. Es pasar de un sistema con unas economías familiares en principio débiles pero solventes por tener aseguradas cosas básicas como la sanidad, la educación, las pensiones, el trabajo, el gas, el agua, la electricidad, etc, a uno en el que dejas de tener muchas de esas cosas pero sigues teniendo una economía débil, por lo que la pobreza te acaba engullendo.
Personalmente tengo clara una cosa. Hasta que las estatuas no regresen al lugar donde les corresponde, Budapest no estará ordenada del todo y seguirá siendo un puzle con esas pequeñas piezas mal colocadas en sitios equivocados. Al menos simbólicamente hablando.
De momento esta escultura de Marx aguanta en la Facultad de Derecho de Budapest. No sabemos por cuánto tiempo.

Y por último tengo que agradecer la invitación de mi hermana para conocer tan interesante ciudad. Qué anfitriona más maravillosa!!!